El apalancamiento financiero es algo frecuentemente utilizado tanto por inversores como por empresas con el fin de aumentar los beneficios de sus inversiones. Nosotros también podemos recurrir a esta práctica en nuestras inversiones particulares pero, ojo, debemos estudiar muy bien la operación, ya que un posible fracaso nos puede conducir a la ruina.
Primeramente, debemos conocer en qué consiste el apalancamiento financiero. No es ni más ni menos que realizar una inversión con ayuda de un crédito, el cuál puede financiar una parte o la totalidad de la inversión. Por ejemplo, si queremos realizar una inversión de 100.000 €, pero sólo disponemos de 20.000 €, podemos optar por realizar la operación con ayuda de un crédito por valor de 80.000 €. De esta forma, aportando solamente 20.000 €, obtenemos los beneficios de una inversión de 100.000 €, es decir, conseguimos un “efecto palanca”.
Esta es la gran ventaja del apalancamiento financiero. Sin embargo, hay algunos puntos fundamentales que debemos estudiar y tener perfectamente claros antes de decidirnos a realizar cualquier operación con apalancamiento:
- El coste del crédito. Como toda deuda, ésta nos supone un coste, que es el pago de los intereses de la misma. Por tanto, a los intereses que nos reporte nuestra inversión, debemos restarle los intereses que tenemos que pagar por el crédito. De aquí se deduce que debemos estar seguros de que los intereses que recibamos sean mayores que los que tenemos que pagar o, de lo contrario, estaremos perdiendo dinero.
- El riesgo. Al igual que podemos multiplicar los beneficios mediante el apalancamiento financiero, también podemos multiplicar las pérdidas en caso de que nuestra inversión fracase. Hay que recordar que aunque nosotros aportamos solamente una parte del dinero, el capital expuesto es el total de la inversión. Si ésta nos sale mal, nosotros debemos responder por este capital.
- Las condiciones de pago del crédito. Puede ser que realicemos una excelente inversión y que ésta nos reporte muchos beneficios pero que éstos sean irregulares o que los obtengamos a largo plazo. Sin embargo, nosotros tendremos que pagar religiosamente las cuotas de nuestro crédito. Debemos estar seguros, por tanto, de que vamos a ser capaces de pagar las cuotas todos los meses, independientemente de los resultados obtenidos con nuestra inversión. Por esta razón siempre es aconsejable disponer de otras fuentes de ingresos que puedan garantizarnos nuestra solvencia.
En definitiva, el apalancamiento financiero es algo que nos puede resultar muy útil, pero debemos tener en cuenta lo peligroso que puede llegar a ser si no se estudia la operación en profundidad. Por supuesto, no debemos confundir este tipo de operaciones, en las que contraemos una deuda de forma justificada para realizar una inversión, con el endeudamiento para el consumo, del cual debemos huir como de la peste.
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