Corren tiempos difíciles para la economía del planeta. Desde que en Estados Unidos estallara la crisis financiera en 2007, la situación parece empeorar cada vez más. Sin embargo, debemos asumir nuestra responsabilidad y coger las riendas de nuestra situación.
Todos sabemos que el poder económico, político y mediático está en manos de unos pocos, y que éstos son los que han provocado la crisis y los que están obligando a la población a pagar los platos rotos. Aunque esto afecta a nuestra situación económica personal, tenemos que saber que los principales responsables de la misma somos nosotros.
Todos sabemos que el poder económico, político y mediático está en manos de unos pocos, y que éstos son los que han provocado la crisis y los que están obligando a la población a pagar los platos rotos. Aunque esto afecta a nuestra situación económica personal, tenemos que saber que los principales responsables de la misma somos nosotros.
Al fin y al cabo, nosotros somos los que hemos decidido orientar nuestros estudios hacia un lado u otro, trabajar por cuenta ajena, ser autónomo o montar una empresa. Somos nosotros los que decidimos nuestros hábitos de consumo, y por tanto nuestra capacidad de ahorro. También tenemos la posibilidad de destinar nuestras inversiones, contando con la formación necesaria, en cualquiera de los mercados financieros, inmobiliarios, etc.
Aunque las circunstancias nos afectan, y mucho, si queremos ver mejorar nuestra economía debemos actuar como personas independientes, que asumen el papel de protagonistas de sus vidas y utilizan sus recursos y su inteligencia para mejorar la situación. Está bien quejarse de la inmoralidad y la incompetencia social de los poderes políticos y económicos, pero no podemos esperar a que éstos cambien el status quo por iniciativa propia.
Empecemos entonces a pensar cómo mejorar nuestra economía. No hace falta ser ningún experto para saber que sólo hay dos vías para conseguirlo: reducir nuestros gastos o incrementar nuestros ingresos (o ambas a la vez). La primera de ellas es más o menos fácil. Ahora que corren tiempos difíciles, todos hemos visto cómo el cinturón se puede apretar hasta límites que no nos imaginábamos. La segunda vía, la de ganar más dinero, es algo más difícil y depende de varios factores como nuestra habilidad, nuestra formación, nuestro trabajo, nuestra inteligencia y nuestra suerte.
En cualquier caso, está claro que está en nuestras manos el decidir actuar y utilizar los recursos que tenemos a nuestra disposición para mejorar nuestra economía. A lo largo de los siguientes artículos iremos tratando todos estos temas y empezaremos a ver las distintas opciones que tenemos para conseguir nuestro objetivo.
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